lunes, 9 de septiembre de 2013

Un reloj con alas

Un reloj con alas.


Hace ya unos cuantos años de esto que les voy a contar
 Como es normal en cualquier persona, después de venir a verme gente de todos los
lugares de España , siempre hay personas que me proponen acudir a su pueblo o capital a
pasar consulta haciendo hincapié en que conocen muchos enfermos o personas que se les
podría ayudar.

Bueno después de meditarlo mucho, analizando todos los factores de posibilidades y formas,
decido decir que si a una de estas propuestas que me hicieron, concretamente era en Zamora
capital, la persona que me lo pidió trabajaba en el hospital y por supuesto que tenia enfermos,
bueno pero este no es el tema.
Yo desde niño recuerdo que siempre sabia la hora que era y me aconstumbre a no usar reloj ,
llega el día de ir a Zamora a pasar consulta y después del madrugón para llegar puntual
recuerdo que me adelante como unos 45 minutos . Me digo voy a descansar unos 30 m”, pero
y si me quedo dormido pues estaba solo, sin reloj y en el coche, sabiendo que a tal hora me
tenia que despertar.
Bueno me hecho a dormir sin mas, pasan los 30 minutos justos y escucho un gorrión tocarme
en el cristal delantero del coche el cual no se fue hasta que me hube incorporado de este
diminuto descanso, puede que fuese casualidad pero los dos sabemos que no fue así.

La paloma humana.

Como podréis comprobar tengo varias anécdotas con animales de todos los géneros.
Un día de primavera a eso de las seis de la tarde, después de atender ha varias personas, las
sillas que están en la entrada de la tienda y donde se sientan las personas después de pedir
turno, se van quedando vacías, la puerta de la calle abierta ese día hacia buen tiempo, bueno
cual no fue la sorpresa de los que estaban sentados esperando cuando ven entrar una paloma
y sin ningún miedo ni reparo se pone en unas de las sillas vacías como si se tratara de un
paciente mas, lo cual cuando yo subo después de terminar de atender a las personas que
habían bajado, me dirijo a la paloma y compruebo que tenia una patita rota y como cualquier
criatura de Dios percibe donde la pueden ayudar. Y así lo hicimos.

Luna.

Luna era una perra que pertenecía a unos familiares que viven en una provincia cercana a
Madrid.
Yo siempre que podía iba ha verles, y la historia esta que esta perra tenia graves problemas
en un ojo pues era muy traviesa y se hizo daño, cuando llegaba Yo al pueblo para verles esta
perra me seguía por todos los sitios donde Yo estuviera para cogerme la mano con su nariz y
ponérsela ella misma en el ojo que tenía enfermo, así hacía siempre hasta que conseguía lo
que quería.

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